Cada mañana, Sergio Ayala peinaba a sus hijas con trenzas, las dejaba en la escuela y se dirigía al trabajo. Los hijos de Ayala -Janelly y Melanie, ambas de 10 años, Leanna, de 7, y Sergio, de 2- son demasiado pequeños para comprender la forma en que sus vidas cambiarán a medida que crezcan. Las razones incluyen la desinformación en …